5 consejos para una cultura ambiental en la empresa

Cualquier organización que haya implementado un sistema de gestión basado en ISO 14001, sabe que la tarea es mucho más fácil y efectiva si se dispone de una cultura ambiental en la empresa. El problema es que crear esa cultura es mucho más difícil que implementar ISO 14001. De hecho, lo primero suele ser una consecuencia o un beneficio de lo segundo. El caso es que, una vez hemos logrado el objetivo de construir una cultura ambiental en la empresa, sólida y sostenible, podemos apreciar su verdadero valor. ​ ¿Cómo se hace? No hay una fórmula definitiva, pero sí unos consejos que ayudan al equipo a lograrlo en el menor tiempo posible.

Consejos para construir una cultura ambiental en la empresa

Todo tiene un comienzo. Construir cultura ambiental en la empresa es un proceso que se debe llevar a cabo paso a paso. Para ello, como en todos los proyectos, es preciso planificar y diseñar una estrategia. En este proceso de planificación y diseño, son de gran utilidad los siguientes consejos:

1. Crear conciencia sobre los beneficios

Hablar de cultura ambiental es hablar de un concepto etéreo difícil de concretar en términos. Pero hagamos un intento: tenemos cultura ambiental en la empresa cuando la inmensa mayoría de los empleados entienden los beneficios de un sistema de gestión ambiental; y también cuando trabajan para que cada una de sus tareas diarias estén en concordancia con los objetivos de ese sistema, que, a su vez, están alineados con los intereses comerciales de la organización. Así, trasmitir y hacer comprender el impacto positivo financiero de la gestión ambiental, hace que los empleados tomen conciencia de ello y trabajen para que esto realmente suceda. Esos beneficios que todos deben conocer son:

• Reducción de costes en la producción debido a la eliminación de desperdicios y optimización del uso de materias primas.
• Incursión en nuevos mercados aumentando ventas y rentabilidad.
• Eliminación de multas y sanciones.
• Mejora de la imagen de la marca.

Pero no se trata solo del beneficio económico, muchos empleados se sienten más unidos al sistema de gestión ambiental cuando entienden que se trata de una responsabilidad y compromiso de la organización con nuestro planeta y nuestra sociedad.

2. Involucrar a los empleados en el cambio cultural

La responsabilidad de generar cultura ambiental en la empresa es de la alta dirección. Sin embargo, la tarea es mucho más fácil si se involucra a empleados clave, no necesariamente con posiciones de mando, para realizar las tareas de comunicación y sensibilización desde una primera etapa. De hecho, en grupos de empleados de cualquier nivel, se pueden encontrar líderes convencidos de la importancia de la gestión ambiental, que se comprometan y aporten buenas ideas.

3. Fomentar la formación, la capacidad y la conciencia como elementos integrales de la cultura

Cuanto más se fomente la formación y la conciencia en la organización, más fácil es crear una cultura ambiental robusta. El aumento de la formación mejora los niveles de rendimiento, aumenta la motivación y desarrolla las habilidades necesarias para que el compromiso de los trabajadores con la gestión ambiental se traduzca en una mejora del sistema.

4. Comunicarse de manera constante, precisa y clara

La comunicación es un desafío esencial en la gestión ambiental para el cambio cultural. A veces, los empleados necesitan escuchar repetidamente lo mismo para llegar a integrarlo como parte de su día a día. Y eso es especialmente así cuando hablamos de cuestiones intangibles como la cultura. En ocasiones, es necesario emplear diferentes formatos para que todos los empleados queden inmersos en esa visión ambiental que se pretende crear.

5. Asignar responsabilidades significativas a los empleados apoyados de la tecnología apropiada

Los empleados no entregan lo mejor de sus capacidades, no porque no puedan hacer más, sino porque hay cierta desidia y apatía como consecuencia de realizar tareas rutinarias. Cuando se libera a los empleados de la mayoría de estas tareas por medio de su automatización y se les dan herramientas funcionales, estos disponen de lo necesario para asumir mayores responsabilidades y de más valor dentro del sistema. Con ello, los colaboradores encuentran más sentido en su trabajo y se sienten involucrados personalmente en la gestión ambiental lo que deriva en una cultura más poderosa.

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